Nunca vuelvas a luchar con una bolsa de caca. Las bolsas con asas fáciles de atar son más fáciles de abrir, especialmente durante los meses de invierno, y más fáciles de atar. Hacen que recoger sea una experiencia sin esfuerzo.
Las bolsas con asas fáciles de atar vienen directamente de la caja, una a la vez, y pueden guardarse en los bolsillos o atarse a una correa. Son extra largos, extra fuertes y 100 % a prueba de fugas garantizados, por lo que nunca tendrás que preocuparte por el contacto de la mano con la caca. También son extra anchos (13.5” x 7”) para que puedan manejar cualquier tamaño de desorden.
Nuestras bolsas con asa de fácil amarre están hechas con un 65 % de plástico reciclado posconsumo certificado, lo que le da una segunda vida a más de 5 millones de libras de plástico que se depositan en vertederos al año.
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