Agricultura Regenerativa

La agricultura regenerativa produce proteínas sabrosas y nutritivas, al mismo tiempo que protege el bienestar animal y restaura la salud del suelo

La necesidad de restaurar el suelo

Los alimentos saludables provienen de un suelo saludable. Desafortunadamente, la mayoría de los suelos hoy en día están lejos de ser saludables, gracias a años de métodos agrícolas industriales que empujan a la Madre Naturaleza demasiado lejos. Está labrado en exceso, fertilizado en exceso, expuesto, erosionado y tratado con fertilizantes, pesticidas, herbicidas y fungicidas de base química. ¿Qué buena comida podría venir de una tierra como esa? Estas prácticas industriales degenerativas han agotado la vida del suelo, lo que dificulta o imposibilita el mantenimiento de las plantas en crecimiento y estimula a los agricultores frustrados a depender cada vez más de los insumos químicos. No podemos continuar abusando de nuestro suelo, ni podemos simplemente sostenerlo. tierra insalubre: debemos revivirla y restaurarla, y podemos hacerlo a través de la Agricultura Regenerativa.

¿Qué es la Agricultura Regenerativa?

La agricultura regenerativa es un método de cultivo que se basa en la naturaleza, no en productos químicos agresivos ni en prácticas disruptivas como la labranza. Cuando se practica, la Agricultura Regenerativa ofrece una multitud de beneficios para nuestras granjas, nuestros entornos y nuestros alimentos. Construye la salud del suelo, mejora la diversidad del ecosistema y captura carbono y nitrógeno de la atmósfera, por nombrar algunos.

Principios de la agricultura regenerativa

Dado que depende de trabajar con la naturaleza y adaptarse a ella, no existe una “fórmula” específica para la agricultura regenerativa. Sin embargo, hay algunos principios rectores a seguir, que incluyen:

  1. Construir la salud del suelo
    El suelo debe estar vivo y lleno de microbios. Un enorme 90% de la función del suelo está mediada por microbios que:
    • Une el suelo, lo que le permite absorber más agua y oxígeno, lo que resulta en menos escorrentía.
    • Solubilice los minerales en el suelo y aliméntelos lentamente a las plantas, ayudándolas a crecer.
    En otras palabras, ¡la tierra no funciona sin microbios! Un suelo sano y vivo también es un componente importante del ciclo del carbono, una parte crítica de cualquier ecosistema saludable. Cuando el suelo se degrada, el ciclo del carbono se interrumpe. El suelo muerto no puede contener carbono, por lo que se libera a la atmósfera como CO2, lo que contribuye al calentamiento global.

  2. Diversos cultivos de cobertura y vida vegetal.
    Los microbios del suelo dependen de las plantas, y la salud del suelo depende de los microbios, por lo que la forma en que manejamos las plantas es fundamental para restaurar y mantener la salud microbiana del suelo. Tener una mezcla diversa de cultivos de cobertura y otras plantas:
    • Aumenta la población microbiana y la materia orgánica en el suelo, lo que le permite absorber más carbono y nitrógeno.
    • Cubre y protege el suelo, regulando su temperatura durante el calor o el frío extremo
    • Añade sabor y nutrientes a nuestra comida.
    Al introducir una variedad diversa de plantas en el suelo, la población microbiana en el suelo se vuelve más fuerte. Con la vida del suelo, los ecosistemas prosperan.

  3. sin hasta
    Cuando los europeos comenzaron a establecerse en América, trajeron consigo la práctica de labrar la tierra. La idea era que al labrar, podrían "esponjar" el suelo, mezclar oxígeno y aumentar la infiltración de agua. Resulta que estaban muy equivocados.

  4. Sin insumos químicos
    El uso de productos químicos, como fertilizantes, herbicidas, fungicidas y pesticidas, es un desarrollo agrícola relativamente reciente. Durante cientos de años, los productos químicos no se necesitaron ni se usaron en la agricultura porque, con sensatez, los insumos químicos no son necesarios cuando se trabaja con (no contra) los sistemas que la Madre Naturaleza ya tiene establecidos. El uso de productos químicos en lugar de los propios sistemas de la naturaleza ha resultado no solo en una mala salud del suelo, sino también en otros problemas, como:
    • Matar grandes poblaciones de especies beneficiosas, como las abejas (importantes polinizadores)
    • Provocar escorrentías químicas que contaminan las aguas subterráneas, los ríos, los lagos y los océanos con toxinas nocivas

  5. Integración ganadera
    La integración natural del ganado en el ecosistema a través del pastoreo adaptativo es una forma de "biomimética": simula la forma en que funciona la naturaleza cuando se la deja sola. La forma de hacerlo es imitando las densas manadas de rumiantes que pastan y que solían deambular por América, pastando y pisoteando plantas en el suelo. Este pisoteo proporciona una armadura de vida vegetal para el suelo y alimenta los microbios del suelo.

  6. Pastoreo adaptativo
    Con el pastoreo adaptativo y rotativo, los pastizales grandes se subdividen en potreros más pequeños y los animales se rotan de un potrero al siguiente. A medida que los animales pastan en su nuevo potrero, la hierba natural y el forraje vuelven a crecer en el potrero anterior. Esto permite que la naturaleza recree el ecosistema que existía antes de que la agricultura moderna intentara “domar” la tierra y terminara contaminándola y empequeñeciéndola. La labranza es extremadamente destructiva para nuestra tierra y nuestra atmósfera. Labranza:
    • Destruye la estructura del suelo (agregados) que son críticos para la función del suelo
    • Disminuye la infiltración de agua
    • Reduce la materia orgánica del suelo.
    • Aumenta las malas hierbas
    • Libera carbono nocivo a la atmósfera en forma de CO2

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